Un anciano llamado Harold está sentado en un banco del parque alimentando palomas.

Un anciano llamado Harold está sentado en un banco del parque alimentando palomas cuando un joven con un traje elegante se sienta a su lado, claramente estresado.

Harold, siempre dispuesto a iniciar una conversación, dice: “¿Estás bien, hijo? Parece que se te derramó el café sobre la hipoteca”.

El joven suspira: «La verdad, señor, la vida me tiene acorralado. Trabajo, facturas, plazos… es un sinfín».

Harold se ríe y dice: «Ah, recuerdo ese trabajo duro. Era muy parecido a ti: ocupado, cansado, siempre buscando lo siguiente».

El joven lo mira y le pregunta: “¿Y cómo lo superaste? ¿Cómo encontraste la paz?”.

Harold sonríe ampliamente. “Sencillo. Decidí dejar de preocuparme”.

El joven levanta una ceja. “¿Simplemente… te detuviste?”

Harold asiente. “Sí. Un día le dije: ‘Ya está, Harold, de ahora en adelante contratarás a alguien que se preocupe por ti’. Y así lo hice”.

El joven se ríe: “¿Contrataste a alguien para que se preocupe por ti?”

Harold dice con orgullo: “Claro que sí. Encontré a un tipo llamado Joe. Le dije: ‘Te pagaré 100.000 dólares al año por preocuparte por mí'”.

El joven se quedó atónito. “Un momento, ¿le estás pagando 100.000 dólares al año? ¿De dónde sacas esa cantidad?”

Harold sonríe, se inclina hacia atrás y dice: “Esa es la primera preocupación de Joe”.

¡¡JAJAJA!!

¡Espero que este chiste te haga sonreír! ¡Que tengas un buen día!

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