

Había una mujer asiática casada con un caballero inglés y vivían en Londres.
Ella no hablaba muy bien inglés pero lograba comunicarse con su marido.
El verdadero desafío llegó cuando tuvo que hacer compras.
Un día, fue a la carnicería y quiso comprar muslos de cerdo. Sin saber cómo preguntar, se sintió un poco nerviosa y señaló sus muslos.
El carnicero comprendió y le dio las patas de cerdo.
Al día siguiente necesitaba pollo, pero nuevamente no sabía cómo pedirlo.
Ella se desabrochó el corsé para mostrar un poco más y el carnicero comprendió y le dio el pollo.
Al tercer día necesitaba salchichas.
Al no poder comunicarse nuevamente, decidió llevar consigo a su marido.
Pd: ¿En qué estaba pensando? ¡Su marido habla inglés! 😅🤪🤪
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