

Una mañana ventosa, decidí dar un paseo por el parque.
Las vistas habituales del parque me saludaron: familias haciendo picnic, niños persiguiéndose unos a otros y corredores sudando durante sus rutinas matutinas.
Entonces vi algo inusual: una anciana frágil, sentada sola en un banco, llorando silenciosamente entre sus manos.
—Disculpe, señora —dije con cautela—. ¿Se encuentra bien? ¿Puedo hacer algo por usted?
Ella me miró con ojos llorosos y dijo: “Oh, joven, tengo la mejor vida que alguien podría pedir”.
Esta no era la respuesta que esperaba. Curioso, me senté a su lado. “Me parece genial”, dije con dulzura. “¿Qué te preocupa tanto?”
Con un suspiro melancólico, comenzó su relato: «Estoy casada con un hombre de 22 años que me trata como a una reina. Todas las mañanas me trae el desayuno a la cama: gofres recién hechos, sirope y un café con leche, justo como me gusta. Después me masajea los pies para empezar el día con buen pie».
—Guau —dije asintiendo—, eso suena increíble.
“Ah, pero hay más”, continuó. “Me prepara un almuerzo gourmet todas las tardes, me da una serenata con su guitarra mientras me relajo en el jardín y me consiente con cenas a la luz de las velas. ¡Incluso escribe poesía solo para mí!”
Me impresionó muchísimo. “¿Toca la guitarra para ti? ¡Qué romántico! Parece un sueño. ¿Pero por qué lloras?”
Sollozó ruidosamente, con lágrimas corriendo por sus mejillas. “Porque… ¡no recuerdo dónde vivo!”
Me mordí el labio para contener la risa, pero digamos que no funcionó. Me reí tanto que quizá yo también hubiera necesitado un pañuelo.
¡¡JAJAJA!!
¡Espero que este chiste te haga sonreír! ¡Que tengas un buen día!
Una anciana entró en un supermercado.

La anciana está en el supermercado y comienza a tirar las verduras congeladas al suelo, por lo que el gerente le pregunta si puede ayudarla.
“Estoy buscando brócoli.”
Él le informa que no tienen existencias y ella se va.
Una hora más tarde, ella regresa y tira las verduras congeladas al suelo; el gerente iracundo le pregunta nuevamente si puede ayudarla.
“Estoy buscando brócoli.”
Una vez más le informa que están agotados.
15 minutos antes del cierre, llega corriendo directo a las verduras congeladas y cuando está a punto de tirarlas, el gerente, muy irritado, le pregunta: ¿puedo ayudar?
“Estoy buscando brócoli.”
El gerente le pregunta a la señora si puede deletrear “perro” en Dogmore.
Ella dice sí “PERRO”.
“Muy bien, ¿puedes deletrear Gato en Catsdelight?”
Ella dice “GATO”.
“Muy bien, ahora puedes escribir F en brócoli”.
Ella dice, “no hay F en brócoli”.
“¡Señora, he estado intentando decirle eso todo el día!”
¡¡JAJAJA!!
¡Espero que este chiste te haga sonreír! ¡Que tengas un buen día!
Để lại một phản hồi